¿Has escuchado hablar sobre las tarjetas para estudiar y quieres darles una oportunidad?
Has llegado al lugar indicado.
Mira, cuando hay que enfrentarse a gigantescos temarios o dominar una asignatura se hace todo lo posible por dar con las técnicas más eficientes de estudio.
Aunque, seamos sinceros, a veces es imposible no dejarse llevar por las distracciones.
Existen muchas maneras y métodos para estudiar, y cada una funciona mejor o pero según el tipo de persona, pero hay algo que siempre da buenos resultados: las tarjetas para estudiar.
Una herramienta de estudio que puede cambiar por completo tu forma de abordar cualquier información que tengas que aprender y dominar. Aprende qué son, por qué usarlas y, sobre todo, cómo hacerlas paso a paso. Solo tienes que seguir leyendo.
¿Qué son las tarjetas para estudiar?
Tarjetas para estudiar, tarjetas de estudio o, para los amantes del bilingüismo, flashcards. Usamos este término para hablar de esas tarjetas que se elaboran con el único fin de estudiar.
Su estructura es lo que más las define:
Por una cara tienen una pregunta; por otra, una respuesta. Así, el estudiante aborda diferentes partes de un temario de una forma clara y directa, resolviendo preguntas con respuestas que provienen de aquello que tiene que aprender.
Son un mecanismo muy interesante, porque permite atomizar conceptos complejos y dividirlos en preguntas sencillas para que sus respuestas, en conjunto, puedan dibujar todo el horizonte teórico que haya que memorizar.
La clave de su éxito es que combinan siempre elementos visuales con texto, cosa que ayuda al cerebro humano a retener la información con más facilidad.
En definitiva, las tarjetas de memoria para estudiar son un instrumento que nos ayuda a mejorar la productividad estudiando. Aunque, como ya veremos más adelante, no las puedes tener como el único y milagroso método de estudio. Funcionan muy bien, pero no pueden ser tu único apoyo.
¿Por qué usar flashcards para estudiar?
A bote pronto, podemos darte no una, ni dos, ni tres razones por las que usar flashcards para estudiar. Tenemos más de 5 porqués que te pueden dejar claro que son un recurso de lo más útil y con buenos resultados.
Tip: Puedes usar Canva para diseñar tarjetas y realizar cuados comparativos.
No son tampoco la panacea, ni el único truco para aprender y memorizar, pero sí que funcionan bien. Ahora vas a entender por qué las recomendamos como método de estudio:
1.- Porque funcionan con cualquier materia
No importa que sean Matemáticas, Cálculo, Álgebra, Derecho Constitucional o Ciencias Naturales. Las tarjetas son un formato que encaja con todo.
2.- Porque recurren al recuerdo activo
Ese mecanismo a través del cual miras una imagen y piensas en la respuesta que corresponde es lo que se conoce como recuerdo activo.
Es algo que se le da especialmente bien a la mente humana, ya que ayuda a establecer fortísimas conexiones neuronales. Ergo, hace que te sea más fácil memorizar.
3.- Porque fomentan la repetición
Actualmente, está demostrado que la mejor forma de mejorar nuestra memoria es a través de la repetición. Esto las tarjetas lo hacen indiscutiblemente bien.
4.- Porque hacerlas ya te ayuda:
Como veremos más adelante, el proceso de elaboración de las tarjetas ya va estableciendo conexiones neuronales que te ayudan a memorizar los conceptos y las ideas.
5.- Porque fomentan la metacognición:
La metacognición es un acto de reflexión propia que provoca que los recuerdos «agarren» mejor en el conocimiento de una persona. Es justo lo que sucede cada vez que se comprueba la respuesta de una tarjeta al girarla.
6.- Porque se pueden usar en cualquier lugar
Estudiar es algo que, normalmente, se tiene que llevar a cabo en ambientes tranquilos y sin molestias.
Lo bueno de estas tarjetas es que se pueden llevar y usar en cualquier parte, hasta se pueden plantear como un juego.
7.- Porque pueden utilizarse para estudiar en grupo:
No hay nada como la competitividad para fomentar el aprendizaje. Con las tarjetas de estudio puedes estudiar con varias personas, incluso compartir dichas tarjetas con los demás.
Haciendo esto, e incluso lanzando las preguntas para ver quién las responde primero, activamos un mecanismo que fomenta la memorización.
Cómo hacer tarjetas para estudiar paso a paso
Saber elaborar flashcards es todo un arte. No todo el mundo sabe cómo hacer tarjetas para estudiar, o más bien, no todo el mundo sabe cómo hacerlas bien.
Es muy importante seguir ciertos patrones, encargarte de hacerlas por tu propia cuenta sin que nadie te ayude haciendo unas cuantas y, sobre todo, es importante que sigas los pasos que te vamos a dar aquí.
Indicaciones para que hagas las tarjetas perfectas y de verdad tengas buenos resultados:
1 – Hazlas tú mismo
En internet puedes encontrar decenas y hasta cientos de plantillas y de barajas de tarjetas para estudiar. Pero haznos caso, no son ni la mitad de útiles de lo que podrían ser.
Haz tus flashcards por tu propia cuenta y olvídate de plantillas o de soluciones que ya estén hechas. Si lo haces como te indicamos, aprenderás mucho más porque, de entrada, te estarás obligando a tratar la información.
Eso sí, lo primero de todo es hacerte con las tarjetas. Te recomendamos estas:
Además, te obligarás también a estructurar la información y a plantear tanto las preguntas como las respuestas. Todo eso ya te está ayudando a asimilar el conocimiento.
Parece una tontería, pero este proceso ya hace que en tu cerebro empiecen a vincularse conceptos e ideas, cosa que poco a poco va ayudándote a estudiar lo que toque. Cuando los datos ya se han tratado anteriormente, nos resulta más fácil memorizarlos y entenderlos.
En cambio, si usas plantillas o tarjetas que ya están hechas, todo ese proceso lo ha llevado a cabo alguien en tu lugar. Y claro que es más cómodo, pero también mucho menos efectivo. Que no te pueda la pereza, ponte manos a la obra.
2 – Combina siempre texto con imágenes
Es infinitamente más fácil de memorizar un dibujo sencillo que un montón de palabras.
No es porque tenga un efecto mágico, es un fenómeno que en psicología tiene hasta nombre: Efecto de Superioridad de la Imagen.
Es algo lógico, ya que el uso de palabras es algo que, dentro de toda la carrera evolutiva del ser humano, ha llegado «tarde».
Y por esa misma razón, apelando a tu lado más básico, y al de cualquier persona, tienes que poner dibujos en tus tarjetas.
Eso sí, acompáñalos también de palabras para que realmente consigas el efecto deseado. Que no es otro más que facilitarte la memorización y asimilación de conceptos.
¿A qué recuerdas la forma y lo enorme que es ese puente tan famoso que hay en Nueva York? ¿Sabes su nombre? Pues ahí tienes ya una muestra de cómo funciona nuestra mente.
3 – La mnemotecnia es tu aliada
Usar reglas mnemotécnicas es algo más antiguo que las vacas sin cola vestidas de uniforme. Todo estudiante que se ha enfrentado a largos temarios y a pequeños datos que memorizar, ha usado estas técnicas para aprenderse hasta las cosas más complicadas.
Pues bien, ¿y si te dijéramos que las puedes aprovechar en estas tarjetas de estudio? Bueno, no es que puedas, es que debes hacerlo.
Puede que sea más complicada elaborarlas, pero las tarjetas didácticas para estudiar que combinan imágenes con texto, y que además aprovechan esto para tirar de mnemotecnia, te lo van a poner realmente fácil.
Vas a tener un desafío que te obliga a plantear una manera de memorizar con más facilidad, cosa que también te obliga a entender mejor el concepto y, en definitiva, te ayuda con el estudio.
Asocia conceptos y aprovéchalos para esa imagen que tienes que colocar en tus tarjetas.
¿Quieres recordar la base del ADN?
Pues piensa en lo siguiente:
«Adelantamiento Temerario, Guardia Civil» (Adenina-Timina-Guanina-Citosina). Ahí ya tienes un ejemplo de tantísimos.
4 – Una tarjeta, una pregunta
Sí, sabemos que para cuidar el entorno hay que aprovechar y no desperdiciar recursos. Pero que no se te ocurra aplicar eso para meter varias preguntas y respuestas en una misma tarjeta.
Si combinas diferentes datos en una tarjeta, por ejemplo, para una misma imagen, estás diseñando una mala tarjeta de estudio.
¿Por qué?
Porque al cerebro se le da genial reconocer aquello que hemos visto antes (¿recuerdas el primer punto?), y eso se puede pisar con la acción de recordar. P
orque, no te confundas, no es lo mismo reconocer que recordar.
En el caso de que intentes estudiarte una tarjeta con varias respuestas, es probable que te dejes alguna por el camino y te engañes a ti mismo cuando, al responder, veas que faltaba y pienses que la sabías, pero no la recordaste.
Es un mecanismo erróneo y que lleva a la confusión, y la mejor forma de evitarlo es cortando por lo sano. Es decir: una tarjeta, una pregunta, una respuesta.
5 – Si un concepto es complejo, divídelo en preguntas sencillas
Lo cierto es que este punto guarda muchísima relación con el anterior.
Si tienes que abordar un concepto complejo, lo mejor es fragmentarlo en diferentes aspectos sencillos que, juntos, le den forma. O, lo que es lo mismo, que lo dividas en diferentes tarjetas.
Recuerda que la fórmula de estas es 1 pregunta, 1 respuesta por tarjeta.
Por lo tanto, en el caso de tener que memorizar, por ejemplo, diferentes categorías gramaticales, puedes vincular un color a cada una para que tu cabeza las recuerde.
Es más fácil pensar en el determinante y responder que es una «palabra que delimita en el espacio, el número, la posesión, etc.», que abordar directamente todas las categorías que hay y explicarlas una por una.
¿Recuerdas esa frase tan célebre, «divide y vencerás»?
Pues no hay mejor forma de explicar cómo tienes que hacer tus tarjetas. De hecho, tener que moldear la información de esta manera te ayudará más a asimilarla.
Tendrás que hacer el ejercicio de estructurar y simplificar, y eso requiere entendimiento.
6 – Cuando estudies, responde en voz alta
Un mecanismo la mar de sencillo, y que curiosamente funciona. Responde siempre a las preguntas de las flashcards en voz alta.
Haciéndolo así, te estás comprometiendo en dar una respuesta.
Por mucho que prefieras pensarlo en lugar de decirlo, funciona mucho mejor si hablas. Te obligas a responder y, en cierto modo, te sientes más expuesto ante un error o un acierto al girar la tarjeta.
Lo cierto es que esto funciona mucho mejor si tienes a otra persona que se encargue de leer las preguntas.
Se activa el curioso mecanismo de la competitividad y el miedo a fallar, y te hace sentir una mayor necesidad de acertar con lo que dices. Si en los concursos funciona, aquí lo hace todavía más.
7 – Plantea tus tarjetas de estudio en ambos sentidos
No estamos diciendo que las pongas del derecho y del revés, sino que pienses en la pregunta de forma bidireccional.
Es la mejor manera de hacer que tu cerebro recuerde toda la información y no te «atasques» si las preguntas a las que te enfrentas cambian un poco.
Para entender mejor lo que decimos, piensa en algo tan sencillo como el símbolo del gas noble «Neón», que es «Ne».
Si te empeñas en responder a la pregunta «¿Qué elemento tiene el símbolo «Ne»?» es muy posible que, cuando te pregunten por el símbolo del Neón, no sepas bien qué contestar.
A eso nos referimos, piensa en los sentidos que pueda tener una pregunta y abórdalos con tus tarjetas para estudiar.
Así conseguirás que el método sea verdaderamente eficiente y no tengan por dónde pillarte con preguntas trampa.
8 – No las tengas como método único
Las tarjetas para estudiar son un mecanismo de lo más interesante para ayudarte a asimilar conceptos, hasta ahí estamos completamente de acuerdo (si no, no te habríamos explicado todo esto). Pero no puedes depositar toda tu confianza en ellas.
Diséñalas siguiendo todo lo que te hemos explicado hasta ahora, pero recuerda que son un recurso más. Uno muy bueno, sí; pero no el único que debes usar mientras estudias.
Al final, la clave está en establecer un método de estudio variado y eficiente, algo que en gran medida depende también de lo que estés estudiando.
Si tienes que preparar una asignatura o un temario relacionado con la resolución de problemas matemáticos, las tarjetas pueden servirte para memorizar fórmulas, pero ya está.
En otras ocasiones, tendrás que recurrir a alternativas como hacer tests de prueba para comprobar tus conocimientos, realizar muchos problemas para desarrollar tu agudeza a la hora de resolverlos, elaborar esquemas o incluso reformular teorías, hipótesis o diferentes partes teóricas con tus propias palabras.
Es cierto que las tarjetas flashcards para estudiar vienen genial para que tu mente logre conectar conceptos fácilmente, pero no pueden hacer milagros. No pienses que por hacerte un buen repertorio de tarjetas ya vas a tener de sobra para superar una asignatura. Cada temática, cada prueba a la que te enfrentes tendrá diferentes formas de superarse. Esta es una vía, pero no te limites a ella porque, entonces, te aseguramos que no conseguirás buenos resultados.